La circunvalación de la ciudad de Rosario, en el punto de encuentro con el río Paraná, se convierte en el puente que va hacia Victoria y define el límite con la localidad de Granaderon Baigorria. En esta situación de borde, el perfil de la ciudad es indefinido y la densidad edilicia es notoriamente baja. Esta característica, se ve profundizada por el bajo índice de construcción que el código urbano otorga a los lotes en este sector de la ciudad, no obstante el bajo precio de la tierra en la zona abre la posibilidad a un desarrollo inmobiliario de vivienda colectiva.
Bajo la premisa de construir la mayor cantidad de unidades de vivienda que adminte la reglamentación a un mínimo costo, se implementa una tipología poco usual. Seis casas desarrolladas en dos tiras paralelas a la calle, definen una serie de espacios abiertos que organizan el conjunto. Dos patios de uso privado, resuelven, al frente el estacionamiento vehicular y al fondo de cada bloque respectivamente, la expansión de las viviendas. Un espacio central, conformado por los bloques construidos, a modo de plaza que junto a la piscina y el solárium es el punto de encuentro de los habitantes. La elección de la paleta material y la expresión formal refleja la austeridad como premisa de este proyecto.